La
Institución Educativa y Cultural Jesús Amigo es un establecimiento Educativo,
que desarrolla sus labores en el campo de atención a la Primera Infancia y la Educación Formal, ciclos preescolar y
educación básica primaria y básica secundaria.
Está Ubicado en el Barrio Doce de Octubre, cuenta actualmente con más de
600 alumnos de la comuna seis.
Esta
empresa de carácter familiar, posee una historia muy particular, pues su
proceso ha sido liderado y dirigido por una mujer que inicialmente poco conoce
de administración, pero que empíricamente, con su espíritu emprendedor y de
liderazgo, ha logrado construir un colegio de gran proyección e impacto social
en la ciudad de Medellín.
·
Nace el Kínder Caperucita La
Institución Educativa y Cultural Jesús Amigo fue creada en 1978 con el nombre
de “Kínder Caperucita” bajo la dirección de Dora Nelly Cano Barrera. Las
primeras actividades escolares iniciaron el 13 de febrero del año en mención,
siendo su primer grupo conformado por 25 niños y niñas, entre cuatro y seis
años de edad aproximadamente. Cabe anotar que la labor educativa comenzó en la
sala de la casa familiar, debido a que era imperiosa la necesidad de aprovechar
la coyuntura de muchas familias vecinas, en cuanto al cuidado y educación de
sus hijos en edad preescolar.
En
1988 y ante la urgente profesionalización, la Directora inició sus estudios de
Licenciatura en Educación Preescolar en la Universidad de San Buenaventura. La
carrera fue culminada en 1992, logro que vendría a fortalecer substancialmente
el proceso educativo-formativo ofrecido.
·
Cantando la alegría de vivir
Bajo el nombre de Kínder
Caperucita se trabajó durante varios años, con dos grupos del grado transición
de Educación Preescolar en la mañana y en la tarde, y ante la demanda de cupos
escolares para el grado primero, y desde el apoyo y sugerencia del Jefe de
Núcleo, Señor Alberto Montoya en dicha época, se da inicio al grado primero de
Educación Básica en el año 1993. Posteriormente el nombre de la institución fue
cambiado por: Centro Educativo Vocecitas Alegres, cuyo lema fue “Cantamos la
Alegría de Vivir”.
Año
tras año, la demanda educativa fue mayor y creció el interés de los padres de
familia para que se les garantizara continuidad educativa a sus hijos. La
escasez de espacios trajo consigo la necesidad de encontrar un nuevo lugar para
acoger a los alumnos y profesores, por ello se arrendó y posteriormente se
adquirió un local comercial vecino, que fue transformado en los salones de clase
durante diez años.
La
vida escolar cambió el entorno del colegio y trajo consigo las risas y juegos
de los niños que inundaron los andenes peatonales de la cuadra; fue así como el
antiguo billar del barrio, se convirtió en un escenario de aprendizaje y
conocimiento, logrando un impacto positivo en la misma comunidad, que vio como
el licor y la música a altos volúmenes ya no era el factor que afectaba la
tranquilidad de la vida familiar.
1997
dio una gran primera cosecha: “EL GRADO QUINTO” engalanó la institución, y con
un proyecto: “Expedición a la Paz... una experiencia educativa”, alzaron vuelo
a continuar con su bachillerato en colegios de la zona y en otros aledaños,
dado que a la fecha no se había logrado gestionar una propuesta de continuidad
educativa.
De
otro lado, la gestión de la directora y la participación constante en los
eventos de interés barrial, permitieron a la institución darse a conocer en
nuevos contextos y generar nuevas relaciones públicas, favoreciendo el
desarrollo del ambiente educativo. El primer resultado positivo fue la
construcción de un parque infantil, aprovechando la existencia de una zona
verde abandonada aledaña a la planta física; al mismo tiempo el andén peatonal
con escalas, fue adaptado para el tránsito vehicular parcial, lo cual permitió
la realización de importantes eventos culturales de trascendencia barrial,
tales como el día de la familia, la Antioqueñidad y las noches de sol.
·
En busca de un nuevo espacio
Al
mismo tiempo en que sucedía todo lo relacionado con la Casa de la Cultura, el
colegio afrontaba una dificultad que cambiaría radicalmente su futuro: el
espacio físico. En 1996, una evaluación de la Secretaría de Educación de
Medellín dio un visto negativo al local comercial que recientemente se había
adquirido para el funcionamiento del colegio, lo cual desvanecía los sueños que
se habían generado con respecto a la planta física. Fue entonces como se
comenzó la afanosa búsqueda de otro lugar, más apropiado y que tuviera el visto
bueno de la administración municipal.
Cerca
al colegio, el sector de la Torre fue señalado por mucho tiempo como un espacio
donde la violencia tomaba fuerza. Allí, los jóvenes sin alternativas de estudio
ni trabajo, se convirtieron en el terror de la zona, los lugares públicos y
comunes de recreación fueron arrebatados por el permanente consumo de drogas,
por la instalación de galleras y por matorrales donde se camuflaban objetos de
violencia. Además, muchos vecinos salieron del sector bajo amenaza y otros
silenciosamente veían como el miedo se apoderaba de la Torre, sector ubicado en
la carrera 81, entre las calles 98CC y 101, del barrio 12 de Octubre.
Físicamente
el sector, dotado por amplias zonas verdes y una placa polideportiva, se
convirtió en el botadero clandestino de escombros y el epicentro de actividades
delincuenciales del barrio. Para tal efecto, la casa de uno de los vecinos fue
forzada y arrebatada por los muchachos, para generar desde allí, un antro de
violencia y corrupción. Su dueño, ante las amenazas y presiones de la banda de
jóvenes, tuvo que abandonar su vivienda y negocio de toda la vida, sin ninguna
posibilidad de regresar a ella o venderla a cualquier persona interesada en
comprarle.
Esta
pesadilla tuvo vigencia por un periodo poco más de dos años, hasta que los
mismos vecinos, preocupados por su futuro y el de sus hijos, se reunieron para
proponer a la directora de la Institución, Señora Dora Nelly Cano Barrera, que
comprara la casa para ubicar allí su colegio. Según los vecinos, ella era la
única persona que podría lograr la recuperación de este espacio, debido a que
los muchachos no permitían que nadie se acercase a la casa con fines de compra.
Fue
así como en el mes de diciembre de 1997, comenzaron las gestiones ante una
corporación bancaria para acceder a un crédito hipotecario que permitiera la
adquisición de la nueva propiedad; sin tener aún la aprobación del crédito y
con la presión que significaba la presencia agresiva de la banda juvenil del
sector, el 8 de diciembre de 1997 profesores e integrantes de la familia
entraron a la vivienda y la ocuparon sin previo aviso. El temor fue el
protagonista de los primeros días, pero poco a poco y con la coyuntura de
varios hechos que se dieron posteriormente, la casa fue adecuada y
prácticamente reconstruida.
·
Transformando espacios
1998
fue un año de gran trascendencia para el colegio, los primeros días del año
fueron tensos, pero todo cambió ante la desaparición paulatina de los jóvenes que
lideraban la banda juvenil; sin embargo, en el mes de marzo el panorama era diferente,
gracias al levantamiento de la gallera que antes funcionaba frente al colegio y
la visita del recién posesionado Alcalde de Medellín, Doctor Juan Gómez
Martínez, que prometió la construcción de un parque infantil para los niños del
sector.
Igualmente,
la elección por voto popular de la Directora como miembro de la Junta
Administradora Local de la Comuna 6, dio a la institución mayores oportunidades
de participar en la toma de decisiones de impacto social en la zona y confirmó
la labor que a este nivel se había realizado desde el colegio. A través de la
JAL se logró el desarrollo de proyectos como: Domingo Juguetón en la Torre,
brigadas verdes de arborización, construcciones de parques infantiles,
adecuación de zonas verdes, entre otros.
Seguidamente,
se gestiona en una Corporación Bancaria un crédito, capital que fortalece la
Institución dando la posibilidad de articular la vida cotidiana a través de la
cultura y la educación, en la propuesta de “Pedagogía para la Paz y la
Convivencia”.
A
partir del año de 1999 la escuela toma el nombre de “Institución Educativa y
Cultural Jesús Amigo” con la expectativa de continuar el ciclo de Educación
Básica hasta el grado noveno. Acceder al
nuevo espacio era un sueño cumplido, porque se pasaba de una escuela de garajes
y casas, a un lugar mucho más adecuado y que brindaba grandes posibilidades de
crecimiento al colegio.
El
traslado definitivo de todos los grupos a la planta física ubicada en el sector
de la Torre se dio en el año 2003, debido al funcionamiento de la Casa de la
Cultura en el antiguo bloque y a la necesidad de unificar toda la labor
educativa en un sólo sitio. Precisamente, en el año 2001 se adquiere una
propiedad continua a la institución, que se adecuó para integrarse a la
infraestructura existente y dio vida a dos amplios salones de clase, que
recibieron al grado sexto en el año 2003, iniciando así el ciclo de educación
básica secundaria. En total, fueron 16
los alumnos que decidieron dar continuidad a su proceso educativo y permitieron
garantizar el crecimiento de la institución, logrando incrementar año tras año
un grado más de escolaridad hasta obtener en el año 2006 la primera promoción
de bachiller básico, titulo otorgado a los estudiantes del grado noveno (básica
secundaria).
En
el año 2007, la institución obtuvo un logro significativo con la adquisición de
la licencia de funcionamiento 09881 del 05
de diciembre de 2007 que otorga la Secretaria de Educación Municipal.
Actualmente,
se han establecido alianzas con
instituciones como: TELECENTRO, quien
desarrolla competencias en el área de informática y tecnología, ITM, que
capacita y certifica en contabilidad básica a los estudiantes de los grados superiores, COMFAMA, que fortalece
procesos de lecto-escritura, formación deportiva y centros de interés, y la
POLICIA COMUNITARIA, quien ofrece formación ciudadana y sensibilización social
a través de talleres de prevención.
Además, se ha logrado dar continuidad a la formación pasando de básica secundaria a media técnica
con convenios interinstitucionales con establecimientos como el CASD, y el
liceo Doce de Octubre que ofrecen programas técnicos en diversas modalidades.
El
sector de la Torre tiene una nueva cara gracias a la presencia de la
Institución Educativa y Cultural Jesús Amigo y,
donde antes se silenciaron vidas, surge la dinámica de la participación
y el compromiso de una comunidad que avala la educación y la cultura de la paz
como opción de vida.
Poco
a poco, se han estado haciendo las adecuaciones locativas necesarias para
brindar una educación más integral y hoy el escenario permite generar
expectativas muy positivas sobre el futuro de la empresa.
Pero
el resultado no podía ser mejor y al lado del cerro El Picacho, se perfila un
establecimiento educativo que sueña y vive por seguir educando el futuro de la
ciudad. Por eso ratificamos que la educación es un proceso social mediante el
cual las personas se integran dinámicamente, se socializan y se preparan para
recrear pautas y experiencias compartidas.
Este
proceso permite que sus miembros reconozcan y produzcan cultura de paz y
convivencia pacífica, que contribuye al desarrollo físico e intelectual de cada
persona y le facilite el reconocimiento y la valoración como ser individual y
colectivo.
Hoy
podemos decir que este colegio es el fruto de la fe de muchos corazones…que lo han
apoyo y han confiado en su Proyecto Educativo, lo que le ha dado a la
Institución reconocimiento, legitimización y empoderamiento frente a la
comunidad.
ES LA MEJOR INTITUCIÓN DEL 12 DE OCTUBRE
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